sábado, 20 de diciembre de 2014

Vida para ser bebida

La vida de los grandes escritores, es decir, la de los grandes bebedores, suele estar marcada por la fascinación y el mito. El caso de Dylan Thomas es señero y singular por múltiples motivos. Célebre por haber muerto una noche luego de una dura ingesta de whisky, todo parece indicar que en realidad murió por incompetencia médica: una colosal neumonía descuidada por la asistencia y no el delirium tremens sería lo que en realidad habría acabado con su vida.

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