sábado, 11 de octubre de 2014

Para una crítica de la violencia

A través de una técnica inspirada en los métodos policiales, El Azem transforma la dicotomía entre inocencia y culpabilidad con un juego aparente de la sangre: la suya misma. Preciosismo e incidentalidad pactan en un mismo instante: el de la representación de la realidad como algo en lo que se juega la carne del propio artista.

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