De unos años a esta parte, y gracias a la promoción de su gobierno, Brasil ha colocado lo más notable de su literatura en el mercado editorial argentino, propiciando no sólo un cambio generacional sino una nueva manera de leer. A los nombres de Fonseca, Lispector y Guimaraes se han sumado Noll, Freire, Caio y Hatoum, entre otros. ¿Qué ocurre a la inversa? ¿Se promociona la literatura argentina en el país vecino?
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