MUSICA
Después se hizo cantor de tangos, pero su dios de adolescencia había sido David Bowie. Y a él le debe –además del desprejuicio, claro– un apodo: Cardenal. "No tiene nada que ver con la idea zorzal-Gardel", se ríe. Sí, con un amigo de la secundaria que lo vio en jopo, a lo Bowie de los ochenta, y lo incendió en...
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